Comprende los 2500 primeros años del mundo, desde su creación.
En esta Era, en el año 693, apareció el Primer Unicornio, en medio de una gran esfera de luz. De ahí el nombre de la Primera Era.
Cuenta la leyenda, que una noche de luna llena del año 693 de la Primera Era de Núrdagon cayó desde la luna Ilea una esfera de luz blanca, que iluminó el cielo de la noche nurdagonita como si el sol estuviera en lo alto.
Los habitantes humanos, por aquel entonces bárbaros todos ellos, contemplaron la caída de la esfera luminosa con asombro y temor, ya que ninguno conocía la magia.
Al día siguiente vieron al Primer Unicornio. Era más pequeño que un caballo pero más grande que un poni, y era de color blanco. Sus ojos eran completamente negros, sin pupila, y a la vez reflejaban la luz de Ilea y de las estrellas, su crin era blanca y caía por su cuello como una cascada eternamente bella, y, finalmente, en su frente se hallaba el cuerno. Un cuerno largo y fino, en forma de espiral, que contenía todo el brillo, la luz y el poder de Ilea y la dios Nerëdien. A partir de ese día se ha considerado a los unicornios como los Hijos de Ilea.
El Primer Unicornio fue divisado en la linde del Bosque de Eryn. Desde es mismo momento, los unicornios fueron expandiéndose por el bosque. La población los considera semi-dioses.
